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Me duele el cerebro de tanto tocar la guitarra

Las mentes de todos ustedes fueron atacadas por un ninja, y nunca lo vieron venir. La sensación es la misma que se experimenta al entablar una discusión con una novia: sin saber bien cómo, juegan con nuestros cerebros y súbitamente, sus argumentos tienen mucho sentido.

Todos aquellos que hayan ingerido comida japonesa, saben de lo que estoy hablando, aunque no concientemente. Hace no mucho tiempo Kikunae Ikeda notó la tendencia general a seguir comiendo ciertos alimentos, mismo habiendo llegado al estado de saciedad. Colegas suyos adjudicaron este evento a la gula, pero -como buen saiyajin- Ikeda prometió llegar al fondo de la cuestión.

Aunque parezca bizarro su objeto de estudio fue el espárrago. Les pido que se tomen un segundo para pensar en el gusto de este vegetal: es imposible decir que sea dulce o amargo o agrio o salado; pero así y todo no puede comerse sólo uno. Luego de catorce años de trabajo, Kikunae pudo aislar el compuesto que le daba sus propiedades, y  se dedicó a comercializarlo.

Su invento fue incorporado a una gran variedad de productos, sin que los consumidores lo supieran. Con todo esto, los magnates de la industria estaban fascinados con el nuevo invento, pero necesitaban un nombre con el cual referirse al mismo. Al preguntarle a Kikunae al respecto dijo que como mejor podía describir a su descubrimiento era: gustoso o Umami, para los que no podemos traducir el japonés.

Hoy en día este es el gusto que encontramos en las papas Pringles, que bien se sabe que dejar de comerlas no es una cuestión de voluntad, ya que siempre hay lugar para una más.

Si bien hasta este punto todo parece color de rosa, no todo es alegría en esta historia, porque como dijo el tío Ben: “Gran poder conlleva una gran responsabilidad”, y comenzó a expandirse el uso masivo del nuevo sabor; sobre todo en restaurantes chinos. Tal fue así que se presentaron casos de enfermedad, los cuales dieron origen al “Síndrome del restaurante chino”, una vez fueron dilucidados los orígenes de este mal. Grandes cargamentos de condimento Umami para comidas tuvieron que ser retirados del mercado. Afortunadamente no hubo víctimas fatales, pero la comunidad internacional quedó conmovida.

Al salir este hecho a la luz, y confrontarse a Kikunae Ikeda, este dijo a la prensa: “A vos no te va tan mal, gordito”.