No confío en ustedes, ¿por qué debería? ¿Qué saben de mí? ¿Por qué leerían lo que escribo? Ni siquiera yo sé qué me mueve a dedicarles parte de mi tiempo. Sin embargo, no se sientan tan bien con ustedes mismos; empiezo esta serie de conversaciones porque así me lo solicitó Hugo. ¿Quién es Hugo? No es relevante ahora, tienen cosas mucho mas importantes por las que preocuparse.
¿Conocen sus ojos? ¿Comienzan siquiera a entender como esas dos esferas posibilitan que puedan ver? La luz viaja 8 minutos-luz desde el Sol, para rebotar en distintos objetos, reflejarse y transducirse a otro tipo de energía; sólo después de eso es que podemos empezar a hablar de la formación de una imagen: el primer paso en la vía óptica.
El correcto funcionamiento de este sentido depende de una cantidad enorme de factores, pero hoy quiero dedicarle mi tiempo al albinismo. De nuevo, ¿qué saben al respecto? Nada, obvio. Muchos, sino todos, de ustedes al ver un albino en la calle han de observarlo cual animal de zoológico: piel blanca casi transparente, ojos cuyo color sale del espectro esperable para sus preconceptos medievales. Ustedes, quienes leen, desarrollaron una nueva función para sus ojos: juzgar: al detectar a estos peculiares individuos, entra a correr su algoritmo. Donde se acompaña todo el proceso con una expresión facial de tal desprecio, que no voy a ensuciar mi texto para mencionarla.
Esto mismo se creía en la década del ’60, sin embargo el General del ejército de Estados Unidos, Calvin Harding, notó peculiaridades en su hijo de 5 años, James. Antes de ahondar en esta historia, necesito que conozcan un poco más sobre la anatomía de los ojos: imaginen 3 esferas concentricas, en cuyo polo anterior se ubica la córnea y a partir de ahí seguimos hacia el interior. Luego de pasar la córnea (siguiendo en linea recta hacia la parte posterior) pasamos por la cámara anterior del ojo, llena de líquido. En este punto encontramos la pupila, aquel agujero negro. Empero, para sorpresa de muchos de ustedes, la pupila es un espacio: simplemente un agujero negro, equivalente al diafragma de una cámara de fotos. Hasta este punto no hay mayores diferencias entre un ojo promedio y el ojo de un albino. La primer diferencia radica en sus iris, muchas veces señalados como rojos; cuando en realidad son transparentes. El color rojo que se observa es la sangre que irriga la retina, la cual se ve a través de este iris.
La visión es un juego lumínico, el iris se contrae y dilata permitiendo así un mayor o menos pasaje de luz hacia la retina, donde comienza de hecho el camino de la formación de la imagen. Siendo el iris transparente, el ojo de un albino es mucho más permeable a la luz, comparado con otro que posea una cantidad normal de melanina (podría explicarles todos los términos, pero les doy el beneficio de la duda, sobre qué información pueden deducir solos). El general Harding descubrió en el parque con su hijo, que éste era capaz de ver pájaros ocultos tras las ramas, en un interjuego de colores, donde para el ojo normal todo se veía igual. Aunque para los ojos del pequeño James, las formas se hacían más claras, al poder captar mayor cantidad de rayos lumínicos.
En un principio las aplicaciones de este descubrimiento empírico permanecieron ocultos, no fue sencillo convencer al Alto Mando de la potencialidad de esta condición. Fue necesario mucho tiempo para poder dar ese salto de fe, tal vez debido a la desesperación del Ejército Estadounidense; frente a un ejército de guerrilleros ocultos en la selva, con un armamento inferior pero capaz de dañarlos de una manera jamás pensada. Con este entorno, fue posible la experimentación de esta habilidad en el campo de batalla.
De esta manera se pasó de marginar a esta población, con una mutación genética, cuyo fenotipo expresaba una disminución de la cantidad de melanina; a un lugar de privilegio en el avistamiento de tropas enemigas camufladas en la selva. Con su ayuda, fueron desmantelados mas de 600 escondites del Vietcong, en un corto lapso de tiempo. Aunque al cabo de 3 meses, la operación fue cancelada; por motivos que aún hoy permanecen clasificados.