De vuelta se te hizo una alfombra de apuntes en el cuarto y el contenido de ellos es indiferenciable. Hablan de algo de las relaciones producción y el el pecíolo de las plantas, de la vanguardia surrealista en la literatura en clave de sol, de los planos irregulares de la arquitectura de Hume. Los tomás entre tus manos y creés que ya está, que ese es el primer paso, un paso que te asegura su estudio (cosa que ya te pasó al comprar las fotocopias). Comenzás a leerla, no lo podés creer, sos un estudiante.
Al llegar a la hoja 10, sonreís y decís “¡bien, papá!” -bien, Rayo, en mi caso- entonces pensás en la raiz de dos en La menor. ¡Uh! Te das cuenta de que hasta ese momento estuviste pensando en Ella, en cómo iluminar las fotos de mañana, en la bondiola que te gustaría comer, en la receta de pepas Los Rayos, en lo que tanto te cuesta estudiar, en Ella un poco más, en el trabajo que tenés y en el que te gustaría, y en esta nota, esta nota, esta nota.
Y esta nota, te lleva a un ritmo. ¿Qué le vamos a hacer? Estudiar, siempre y cuando la música esté a la misma velocidad que la cabeza y es por eso que hoy recomiendo unas bandas sonoras para el estudio:
Andy Mckee, Art of Motion Es un muchacho que hace taca taca tin taca taca tan y te deja estudiar tranca, quizás te da un poco de sueño.
Keith Jarrett, The Köln Concert Minimalismo a pleno con grititos de Keith que te levantan.
¿Quéres algo más up? Sherezade, Rimsky Korsakov Yo no me concentro ni a ganchos con eso, pero allá vos.
Yann Tiersen, Amélie OST de la famosa.
Django Reinhardt, Djangologie PFFFF.
Nada, te dejo con eso por hoy. Ya te estoy extrañando, te veo la proxima.