¡Qué día lleno de militancia! Tengo un tema con los paros. No hay nada que me rompa más las bolas que los traidores filosubterraneos, aquellos que quieren llegar rápido y bajo tierra a sus destinos, ocupen mis bondis, mis bondis de donde salen las reseñas, mis bondis que te presentan un horizonte infinito en la ventana, en donde se aferran gotas de lluvia donde imaginas miles de escenarios. Pelea mi tierra la canción que alegre al corazón. Si no podés cambiar, vas a pasarlo mal. Mi amor afloja. Y si querés bailar Tendrás que improvisar. Mi amor aflora.
Pero it imports me a kucamber, me importa un pepino. Es difícil que yo me enoje con los que realizan el paro. Antes de saber nada, siempre calculo que algún empresario esta haciendo alguna cagada. Entonces me despierto unos minutos antes y digo “¡Paren lo que quieran, llenenme la ciudad de hombrestopo, que yo me las arreglo!“, se acerca tiempos difíciles, amar es urgente. ¡Que día de militancia!
¿Qué hago, Miguel? ¿Qué hago? Te escucho, pongo play y camino. Al partir me quede mirándote y supe que el día iba a estar muy bien. No tengas miedo sólo es un juego
y si te toca perder no es tan grave. Pero camino en serio, despacio y sintiendo que cantas desde adentro de mi cabeza, aislado, pero atento, mirando cómo la luz de la mañana, claridad lastimandome los ojos, genera un clima en todas esas situaciones familiares de sujetos desconocidos, entre callesitas y callesotas, nada me ata y estoy vivo no te mueras nunca Libertad, socia de los peregrinos.
Buenas noches, Miguel, espero enredarme pronto en tus rulos una vez más.