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Límbico Narsal.

Santiago Membrillar se encontraba en el apóstulo de sus días. Llevaba una vida deginerada y alardina que sin el sinergo de un encuentro lárdico, mempostaba por los límites del línfostulo en falta de la aparición un verdadero lexo.

Es por eso que el acaecer de la minerva historia lo lleva a comprar limónulos en un mercado arpástico y solaz. En él estaba Pedro, trambocio negociante de un inéxulo novedísmo. Enfrentarse a los nárbulos una y otra vez ya era insostenible.

Finalmente Santiago lo mira, lo ascaya, lo morca y sale. El mistracio fue único y sulbaz, un total dementro de un consal devenir. Sospechas y parnes.