La relación de los Rayos con Mar del Plata es perpendicular. Mardel se estira a lo ancho, desde Punta Mogotes y las playas del Sur, pasando por el Puerto y las asquerosos lobos marinos que custodian la Bristol (nombre irónico a la Bristol Inglesa) en una escala gigantesca, el Costa Galana de Mirta y el Casino más grande de Buenos Aires.
Es perpendicular, porque cuando caen los Rayos en dirección directa al polo terrestre, forman dos ángulos de 90 grados, uno a la derecha y otro a la izquierda, sin importar desde donde se lo mire. El último Rayo que cayó en La Feliz, apunto directo al sistema eléctrico principal del Sacoa de Alem y cruce con alguno de los patricios, a las 2000 hs el 23 de Abril del corriente. Gracias a Dios, no había nadie. Era baja temporada y en Mar del Plata solo quedan los citrinos, que ejercen la ciudadanía de una manera taciturna comparada al rugir turístico de churros con dulce de leche de Manolo. El Rayo solo quemó el circuito TUE de los aires acondicionados y los fusibles mal colocados por algún boludo electricista del PacMan y el Virtual Tennis 2, en el que Hewwit todavía es crack. A la mierda el flipper de Terminator y la Familia Addams. Pero no hubo que lamentar ninguna perdida, los locales caminaban con una cálida temperatura de 19 grados Celsius por el Malecón Argentino, que nada tiene que envidiarle al de la Isla o al Centro Centro de Olavarría, a uno en historia y a otro por ser Olavarriense.
Con tantos recuerdos en la carpa 8 del Balneario príncipe de la bacana Playa Grande, en donde desembocan las aristas del Barrio de Los Troncos y de él salen la gente bien, que sabe que Punta es de NEW RICH. Ahí, cerca se ubican las casas de 3 abuelas de los Rayos, la Babis, la Mamina y la de Martín, y no creo en las casualidades, los Rayos caen siempre del cielo y chocan en el piso. La pregunta es: Cuando nos vamos a Mardel?