Mil, mil por hora, las revolución de cada neurona que gira sobre sí. A las ocho arriba, ojos vien abiertos y a correr. Doce horas después, ¡el laburo sigue! Todo a los piques.
Llegué a casa soñando con hundirme en esta silla. Los parlantes al palo, no como para molestar a la vecindad, sino como para que la música domine el ritmo de tu cabeza. La verdad yo no escribo muy bien, mis elecciones estéticas no son una bestialidad como la de Raimond, ni mucho menos, pero hoy probablemente derrape más que de costumbre. Eso fue un paréntesis sin paréntesis. Hoy vi mucha gente.
Pará de irte por las ramas ¿en qué estaba? Ebria de tantas maravillas, florece fuera de estacion. ¡Eso! Llego, a pleno, aceleradísimo, rítmo, parlantes enormes, BABASONICOS. Jessico empieza a full, como yo llegué a mi casa, y va a bajando, de a poco, pasito a pasito. Essssssssssssssssssssa. No, igual no logro bajar. Escuchenlon, Jesssssssssico