All Articles

Pepe Fernández

Te caíste y mucha gente te vio, pero nadie te conocía. Habías ido a jugar como tantas otras veces, pero dijiste que te sentías mal y luego te desvaneciste. Pensaste que sólo ibas a jugar al paddle, y no había porqué darle demasiada relevancia… alto cabe, pepe.

Tirado en el piso rodeado de gente asustada que no sabía qué hacer, y nosotros dudando a la distancia. No se porqué tardamos tanto en ir a ayudarte, se ve que sólo sabíamos la teoría, pero nos faltó entender cómo llevarla a la práctica. Creo -y no tengo nada que lo avale- que te habías ido aún antes de que llegarámos, y obvio que nos cuestionamos si valía la pena seguir; aunque en ese momento no necesitábamos pensar nada, sólo ayudar.

Vinieron a buscarte rápido -menos mal- pero se les escapó, mientras te subían a la ambulancia, que ya te habías ido: un ataque cardíaco masivo. De un momento a otro tu corazón no pudo más, ¿Quién sabe si te dio señales de que algo andaba mal y si le prestaste atención o le pediste a algún amigo médico que te hiciera un apto físico de onda?

Hubo muchas preguntas después, y les mentí a todos; capaz les convenía saber la posta,   pero no sentí eso viendo sus caras. Querían escuchar que todavía tenías chance y les seguí el juego; además, ¿Quién sabe? A lo mejor el paramédico habló de más y ahora estás en tu casa, comiendo milanesas de soja con ensalada, sin sal.