El buen aristócrata hereda una biblioteca; el buen burgués acumula una colección y la exhibe; el proletario la fabrica y le va poniendo libros. Los Rayos dudan.
¡¿Por qué?!, ¿dudan Los Rayos?, ¿cómo pudo pasar? Tranquilidad: la duda es una consecuencia amorosa de la fortuita aparición mágica de un escritor -inclasificable- y sus libros -indescifrables- en sendas bibliotecas: Pedro Fodor, precursor del Pensamiento Ríspido.
Claro, porque ya no sabemos dónde meterlo: ¿irá en Filosofía o en Ciencia?, ¿quedará bien en Ciencia Ficción, en Ensayos, en Autobiografías?, ¿es Latinoamericano o Universal?, ¿va junto a la Biblia o al lado de Nietzsche, o de los discursos de Cavallo del ’99? Entonces lo guardamos en cualquier lugar, porque cierra con cualquier serie… pero las preguntas se repiten a la hora de buscar el libro para citar e imprimir esta nota. Pasan los minutos. De repente, el lomo brilla en lo oscuro, sobreflotando el área de poesía, ¡por supuesto! Pedro Fodor: ¡poeta peregrino!
Y, ahora sí, la obra maestra descansa en la palma de mis manos; la tipografía roja se recorta en la tapa revelando el magistral título: La Luna Asesina (Fodor: 1997); y sigue la enumeración – – –
¿LA LUNA ES CULPABLE?
De los terremotos SI
De los volcanes, vulcanismo SI
Es culpable de los Glaciares o edades de hielo SI
De la separación de los continentes y conmociones SI
De los desastres ecológicos SI
De los sismos, hundimientos, montañas y cordilleras SI
Podemos darle solución SI
Tenemos la teoría y la técnica, dentro de 500 años o más no tendremos más terremotos, la tierra se tranquilizará.
Damos inicio, entonces, a la producción de escritos relacionados con Pedro Fodor y la Ciencia Probable.