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PUM: trámites

Personalmente, robé la teoría de F.W. que dice: “Con suerte, sólo tendrás dos -a lo sumo tres- grandes ideas a lo largo de tu vida. Ideas que te harán millonario y traerán alegría a muchos”. Y como ya quemé mi primer gran idea (prestando especial cuidado ahora de no malgastar el último comodín), les traigo el genial invento de Nico, a secas.

“PUM: trámites” es un nuevo concepto. Al público ya no le interesa seguir viendo a  la gente de la farándula  como semidioses, comiendo uvas en el Olimpo, no. De hecho, les escuchamos vociferar: “Hell no” (léase con entonación afroamericana), deseosos de ver a los famosos sufriendo las mismas peripecias que el hijo de la vecina. Y con ese fin, mis amigos, “PUM: trámites”. Ideado para verse en los cortes comerciales de su serie favorita.

PUM, Pablo Rago en la fila del banco. PUM, se fue de su casa pensando que podía dejar la hornalla encendida. PUM, la fila es larga. PUM, le rebotan el cheque. Sale corriendo del banco, PUM, pisa una baldosa floja. PUM, corte. 

PUM, Dolores Fonzi en el colectivo, después de un mal día. PUM, le ofrecen el asiento al grito de: “No te vi, sentate que estás embarazada”. PUM, risas: “Sólo está gorda” dice el novio. PUM, vergüenza.

PUM, Al Pacino en el aeropuerto. PUM, harto de firmar autógrafos. PUM, mostrador: "Señor, pasaporte por favor". PUM, olvido, corridas, se fue el avión. PUM, Al Pacino se clava en Ezeiza, come Toddy’s y mira Intrusos.
PUM, volvemos con la programación habitual.