Seguramente no leas esto ahora, no se si sabes leer siquiera, aunque posiblemente esboces algunas sílabas con sorprendente soltura. Hace poco se ha integrado un nuevo ser a mi familia, y su llegada marcó sobre todo una ruptura en el tiempo. Es difícil de explicar, porque es un desfasaje temporal en el tiempo normal de nuestras vidas, de golpe los tiempos son más largos y más cortos en una misma persona. Yo todavía me sorprendo cuando Milio habla de su hermana, Pero Mel, Joaco es hombre, y ya está bastante grande como para que lo sigas tratando como una nena, No chabón, hablo de Amanda, Ah… verdad, ¿cuántos años tiene?, 5, Ya tiene 5?? Wow! Cómo pasa el tiempo.
Pero después de esa última frase, una línea de reflexión llega a mi cerebro y pienso en los 5 años. Y es muchísimo tiempo, pasaron muchas cosas desde entonces, pero no tantas en la vida de un niño. Pienso en mi sobrino, pienso que recién dentro de un año va a cumplir un año y ni siquiera entonces va a hablar, no va a poder leer Los Rayos, pero un año es mucho y muy poco. No puedo más que fantasear sobre lo que pase en ese tiempo.
En un año vos, Amanda, vas a poder leer estas y otras tantas líneas surgidas a partir del tiempo.
Bienvenida a la bitácora (nos falta un barco para ponerla, vos no tendrás uno para prestarnos?) de Los Rayos!