Los Rayos, revista virtual, Los Rayos, se levanta como apócope de la transformación. Los Rayos: pequeño llamado al cambio rotundo. Juguetea escurridizo entre la columna vertebral, ahí donde nace el cosquilleo espiritual, para terminar en la cima de las gónadas, ahí, donde se siente el inexplicable dolor ajeno.
Invitados sean todos a leernos y pensar que es El Momento, de cambiar y digan sí, sí, sí. Decidan, como lo hizo Clark, levantarse a la mañana y ponerse sus bombachones por delante del pantalón, porque esa es la nueva, esa es la que va, esa es la que te tira la doble, la de adelante y atrás, por sobre y por debajo del pantalón, un algodón más suave, el del calzón bombacha. Culottes y tangas por encima de la pollera se pasearán, ya no como armas de seducción reproductiva, sino como herramientas del amor: “Mirá que cómoda que vivo, ¿no desearías pasar tu vida con una mujer así? Amame”. Y el hombre de calzón de tela ancho, ese que permite la circumbalación espectral de su vida sexual, arremetería contra ese culotte . ¿Y los hombres de slip? En toda época revolucionaria aparecen los sans coulotte y para ellos, un buen cometrapo. Pero no por el hecho de la carne vendida a lo -porunsueño, sino por ese ajuste, esa presión compartida que buscan por doquier hombres y mujeres. ¿Y los homosexuales qué? ¡Homofóbico! No, claro que no. A formar equipo, a diversificar, a multiplicar las prendas de ropa interior a diestra y siniestra.
Es la hora de Clark Kent.