Y seguimos creciendo, girando por el mundo (¡De nada por tantas alegrías Charlotte!), hace ya casi un mes que no salimos de tus ojos, que nos llevas con tu monitor autografiado a todos lados, que nos mandan cientos de fotos para la Chica Rayo (y algún colado también), y esto no para, no para.
En este frenesí de fantasías tan popular, venía caminando entre casa y casa con mi cabeza volando a grandes velocidades, creando una tras otra notas para Los Rayos, juntando palabras, ideas y visiones.
¡Qué bueno! ¡Gran nota chabón! Me felicitaba exclamando en voz alta.
En cuanto llegue la escribo, y en ese mismo momento otra idea brillaba ante mis ojos, Esta también la tengo que escribir, y podría inaugurar una nueva sección, voy a convocar una Rayoreunión.
“Tu mirada es muy profunda, tu mirada me hace mal” escucho de repente en mis oídos y caigo en la cuenta de que tenía la música prendida. No puedo evitar que una gran sonrisa se dibuje en mi cara y que una estruendosa risotada salga directo desde mis pulmones llenando de alegría todo mi cuerpo. “No me mires más no vaca, quédate pastando en tu lugar”, cuánta sensibilidad, cuánta poesía, cuánta magia, toda junta en una simple frase, La verdad Miguel, si vivieras serías un Gran Rayo, con tus Mariposas de Madera volando por todos lados, tengo que escribir una nota sobre vos también, “No me mires agresiva, tu cara de vaca me hace mal”, Realmente sos un genio.
Y mientras la gente me miraba con cara rara, seguro por ser un Rayo -¿o será porque iba riendo y hablando solo?-, miro distraído hacia un costado y leo “Nuevos refugios, el futuro pasa por acá”. El cartel absorbe toda mi atención y ya no puedo pensar mucho más, ¿Será que viene en el 15? No puede ser, siempre viene lleno, seguro no entraría, además no se de donde viene ¿desde dónde viene? ¿Vendrá desde el pasado? ¿O está volviendo desde el futuro? ¿Y viene en colectivo? Que raro… ¿Será tal vez que va a pasar el Delorean? Eso estaría bien, sería una buena nota…
“Te aviso te anuncio que hoy renuncio”, ¿Mauricio sos vos? Ah no, no, no, no, seguro que no es el Delorean, yo lo vi estacionado en Garbarino, no creo que pase justo por ahí, Por más que mueva el bote señora las monedas de dos pesos no funcionan en el colectivo, no insista por favor.
¿Qué? No puede ser, debe haber un error, ¿Cómo que las monedas de dos pesos no funcionan en el colectivo? Me estás matando, ¿por qué existiría una moneda con una funcionalidad reducida? “No tengo interior para mostrar”, ¿Y encima tampoco son de chocolate? Ah no, esto si que no, así no se puede, menos mal que van a poner nuevos refugios.
Tengo que escribirlas apenas llegue, ni bien llegue, porque sino es obvio que me voy a olvidar.
Y cuando ya todo parecía resuelto, en la esquina de casa pasa un Ford Falcon negro, todo desvencijado, con un rudo brazo tatuado asomando por la ventana y una voz ronca que grita desde el interior “Minutos, como sal en la herida, se me pasa la vida gastando el reloj”. La pasión y la discordancia de esa escena me hizo estallar en carcajadas (por suerte el tipo venía en auto, porque sino seguro que me hubiese golpeado, o tal vez terminábamos cantando juntos), dejando escapar todas las ideas habidas por haber, y las notas que no fueron volaron por los aires.
Puede que las encuentren…